El mindful thinking se podría traducir como «pensamiento consciente», definiéndose como una consciencia plena de nuestros pensamientos y emociones, teniendo una mente más relajada centrada en los objetivos y en el presente, pero a la misma vez siendo conscientes de las emociones. A pesar de ser también conocido como «marketing ejemplar», el concepto anglosajón ha tenido mucha más importancia a la hora de referirse a este tipo de marketing.
Asimismo, se está haciendo especialmente relevante para fomentar un futuro más fructífero, tanto para consumidores como empresas y, así, ayudar de cara al público a humanizar una empresa y verla como una entidad tangible constituida por personas humanas. El mindful marketing alinea los diferentes intereses de los especialistas con los consumidores. Su meta es la de incentivar el consumo a través de formas efectivas, eficientes y éticas, sin olvidar los intereses de los consumidores o compradores. Esto lo hace adoptando un enfoque consciente para hacer campañas publicitarias y elaborar nuevas estrategias de marketing, buscando generar una repercusión social más positiva y alinearlos con los valores que realmente importan al público objetivo.
Algunas de las claves para desarrollar esto es que la empresa se centre en los seres humanos, tanto trabajadores como consumidores potenciales, basándose en principios de solidaridad y cuidado al medio ambiente. Esto también se puede conseguir fomentando una cultura de felicidad dentro de la empresa y persiguiendo una satisfacción colectiva en todos los ámbitos.